En medio de la creciente tensión política tras el asesinato del senador Miguel Uribe Turbay, sectores ciudadanos y líderes de opinión han solicitado al expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, que cancele la visa del exalcalde de Medellín, Daniel Quintero. La petición se fundamenta en acusaciones de presunta incitación al terrorismo, derivadas de mensajes y declaraciones que, según los denunciantes, habrían contribuido a la radicalización de discursos violentos en el país.
La solicitud, que circula en redes sociales y será formalizada en los próximos días ante instancias diplomáticas, argumenta que Quintero habría promovido narrativas que justifican o minimizan acciones de grupos armados, lo cual, según los firmantes, representa una amenaza para la estabilidad democrática y la seguridad regional. Aunque no se han presentado pruebas judiciales concretas, el caso ha encendido el debate sobre los límites de la libertad de expresión y la responsabilidad política.
Daniel Quintero, quien ha mantenido una postura crítica frente al Gobierno y a sectores de oposición, no se ha pronunciado oficialmente sobre la solicitud. Sin embargo, sus seguidores califican la iniciativa como una persecución política y advierten que se trata de una estrategia para silenciar voces incómodas en el escenario nacional.
La controversia se suma al clima de polarización que vive Colombia, donde el asesinato de Uribe Turbay ha desatado una ola de señalamientos, protestas simbólicas y exigencias de justicia. La posible cancelación de visas como medida de presión política abre un nuevo capítulo en la confrontación entre figuras públicas y la ciudadanía movilizada.