Lo que parecía un robo común terminó volviéndose una historia digna de película. Gabriel, un joven argentino, fue víctima de un asalto en plena calle, pero el ladrón cometió un error insólito; dejó olvidado su propio celular. Aprovechando el descuido, la víctima logró desbloquear el dispositivo y descubrió contenido íntimo del delincuente, lo que dio pie a una inesperada y tensa “negociación”.
En vez de acudir directamente a las autoridades, Gabriel intentó recuperar su teléfono contactando a los familiares del asaltante, pero al no obtener respuesta, decidió hacer público el contenido personal del ladrón en redes. Al ver expuestas sus fotos privadas, el delincuente se desesperó y lo buscó para pedirle que bajara las imágenes y devolverle lo robado. “Me pedía que las borrara, pero ¿cómo tenía cara después de haberme robado?”, comentó Gabriel.
Finalmente, ambos se encontraron y Gabriel recuperó su celular. Aunque admite que fue arriesgado, confiesa que actuó por impulso, sin pensar mucho en las consecuencias. “Me salió bien, pero pudo haber terminado mal”, reflexionó.