La tensión entre Venezuela y Estados Unidos volvió a encenderse luego de que el Pentágono confirmara el sobrevuelo de aeronaves militares venezolanas sobre un buque de guerra estadounidense en aguas internacionales del Caribe. Según el Departamento de Defensa, la maniobra fue considerada una acción “provocadora” que buscaba interferir con las operaciones navales de Washington contra el narcotráfico en la región.
El hecho involucró al destructor USS Jason Dunham, parte de la flota desplegada recientemente en el Caribe por Estados Unidos con el argumento de reforzar la seguridad marítima y combatir redes criminales transnacionales. Desde Caracas, el gobierno de Nicolás Maduro ha calificado la presencia de buques norteamericanos como una amenaza a su soberanía, mientras que desde Washington se insiste en que se trata de operaciones de control en aguas internacionales.
Este nuevo episodio agrava las ya tensas relaciones entre ambos países, que en los últimos años han estado marcadas por acusaciones mutuas y despliegues militares en la zona. Analistas advierten que la advertencia del Pentágono no solo busca enviar un mensaje a Caracas, sino también reforzar la postura de Estados Unidos frente a actores ilegales que operan en el Caribe.