Gondomar, Portugal, se tiñó de luto este sábado con el último adiós a Diogo Jota, delantero del Liverpool y figura querida del fútbol portugués, quien falleció trágicamente el pasado jueves en un accidente de tránsito junto a su hermano, André Silva. La ceremonia fúnebre, cargada de emoción y recogimiento, reunió a familiares, amigos y figuras destacadas del deporte que acudieron a rendir homenaje a una carrera que, aunque breve, dejó una huella imborrable.
Entre los asistentes se encontraban excompañeros de equipo, entrenadores y representantes de clubes nacionales e internacionales, quienes destacaron no solo el talento de Jota en el campo, sino también su humildad y calidez fuera de él. Las muestras de afecto y respeto se multiplicaron dentro y fuera del templo, donde cientos de aficionados se congregaron con camisetas, flores y mensajes de despedida.
Diogo Jota, de 28 años, era considerado uno de los delanteros más versátiles de su generación. Su paso por clubes como el Wolverhampton y el Atlético de Madrid, y su consolidación en el Liverpool, lo convirtieron en un referente del fútbol europeo. Su repentina partida deja un vacío profundo en la selección portuguesa y en el corazón de miles de seguidores que lo vieron crecer y brillar.
El accidente que le arrebató la vida a él y a su hermano ha conmocionado al mundo del deporte. Hoy, Gondomar no solo despidió a un futbolista, sino a un hijo, un hermano y un símbolo de perseverancia. En medio del dolor, queda el consuelo de su legado, que seguirá vivo en cada gol, en cada recuerdo y en cada corazón que alguna vez vibró con su juego.