La fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, encendió las alarmas este lunes al revelar que el Departamento de Justicia abrió una investigación sobre los llamados “puentes aéreos”, rutas clandestinas usadas por carteles de droga para mover cargamentos desde Venezuela y otros países de la región hacia territorio estadounidense. Según la funcionaria, estas operaciones habrían contado con la complicidad de autoridades locales que, a cambio de sobornos, permitieron vuelos sin ser detectados.
El anuncio llega tras la declaración de culpabilidad de Ismael “el Mayo” Zambada, uno de los fundadores del Cartel de Sinaloa, quien admitió haber manejado durante décadas redes de narcotráfico y sobornos a políticos, militares y policías en México. Este caso, considerado un hito en la lucha contra el crimen organizado, refuerza la estrategia antidrogas de Washington que, según Bondi, seguirá apuntando a que los líderes de carteles terminen tras las rejas en prisiones de Estados Unidos.
La funcionaria advirtió que las investigaciones no solo se centran en México, sino también en países como Venezuela, Honduras y Guatemala, donde se habrían tejido estos corredores aéreos ilegales. Con este mensaje, la Casa Blanca envió una clara señal al régimen de Nicolás Maduro y a las redes criminales aliadas: cualquier intento de traficar drogas hacia EE. UU. tendrá repercusiones directas y de largo alcance.