Dedicó 30 años de su vida a una empresa y lo despidieron por alimentar a quienes más lo necesitan

Sabri, un empleado del grupo Grupo SSP en el aeropuerto de Marsella, en el sur de Francia, ha sido despedido después de más de tres décadas de servicio. Su «falta», según la empresa, que es operadora de marcas como Starbucks, fue recoger alimentos no vendidos que iban a ser desechados y entregarlos a personas sin hogar.

Este acto de solidaridad, realizado a plena vista y con conocimiento de sus superiores, no fue bien visto por la empresa, pues argumentaron que las normas internas prohíben retirar alimentos, incluso si están destinados a ser botados, salvo que se estipule lo contrario en el contrato laboral.

El caso ha generado indignación entre sectores de la sociedad que consideran injusto el despido y destacan la necesidad de revisar las políticas que limitan actos de solidaridad.