China asegura el 90% del petróleo venezolano por 20 años en medio de tensión militar con EE. UU.

Mientras Estados Unidos refuerza su presencia militar y amenaza con capturar a Nicolás Maduro por liderar el Cartel de los Soles, una empresa privada china ha firmado un pacto petrolero de largo aliento con el régimen venezolano. Se trata de China Concord Resources Corp (CCRC), que comenzó a explotar dos yacimientos en el Lago de Maracaibo y planea invertir más de US$1.000 millones en un contrato de producción compartida por 20 años.

La operación, amparada por la Ley Antibloqueo de Venezuela, permite a CCRC actuar como operador directo en los campos Lago Cinco y Lagunillas Lago, con el objetivo de reabrir 500 pozos y alcanzar una producción de 60.000 barriles diarios para 2026. El petróleo ligero será entregado a PDVSA, mientras que el crudo pesado irá directo a China, que ya compra más del 90% del crudo venezolano, desafiando las sanciones impuestas por Washington.

Este movimiento no solo representa una inversión inédita de una firma privada china en Venezuela, sino que también reconfigura el tablero geopolítico. Con EE. UU. presionando por la captura de Maduro como jefe de una organización criminal transnacional, y China consolidando su control energético en la región, muchos analistas advierten que estamos ante una guerra silenciosa por el petróleo, donde el poder no se disputa solo con armas, sino con contratos, pozos y rutas de exportación.

Si EE. UU. decide intervenir militarmente, el pacto con CCRC podría convertirse en un escudo económico para Maduro, pero también en un detonante diplomático. Venezuela se juega su soberanía energética, mientras China protege su inversión a largo plazo. Y en medio de esta tensión, el petróleo vuelve a ser el combustible de una confrontación que mezcla crimen, poder y supervivencia.