La tensión en el Caribe subió de nivel luego de que dos aviones de combate venezolanos F-16 sobrevolaran el USS Jason Dunham, un destructor estadounidense desplegado en la región. El hecho, revelado por CBS News este jueves 4 de septiembre, fue calificado por funcionarios del Pentágono como una “demostración de fuerza” en medio del choque diplomático y militar entre Washington y Caracas.
El buque estadounidense hace parte de una flotilla enviada por Estados Unidos para reforzar la lucha contra el narcotráfico en aguas del Caribe. Según medios internacionales, la operación involucra cerca de 4.000 militares, destructores lanzamisiles, aviones de vigilancia y al menos un submarino de ataque, lo que ha sido interpretado por Venezuela como una amenaza directa a su soberanía.
En respuesta, la Fuerza Armada venezolana también mostró músculo militar: difundió imágenes de fragatas y aviones Sukhoi custodiando la zona marítima. Este cruce de maniobras ocurre justo cuando el gobierno de Nicolás Maduro acusa a EE. UU. de usar la lucha antidrogas como excusa para presionar políticamente a su país, mientras que Washington sostiene que busca frenar estructuras criminales con fuerte presencia en el Caribe.