Con profunda emotividad, el futbolista colombiano Luis Díaz asistió a la misa de séptimo día en honor a su compañero Diogo Jota, celebrada en la Iglesia Parroquial de Gondomar, Portugal. Vestido de negro y visiblemente afectado, Díaz fue captado entre lágrimas al ingresar al templo, tras varios días de controversia por su ausencia en el funeral. Su aparición fue interpretada por muchos como un gesto de reivindicación y respeto hacia el delantero luso, con quien compartía una estrecha relación dentro del Liverpool FC.
La ceremonia reunió a figuras emblemáticas del fútbol internacional, familiares, amigos y cientos de aficionados que siguieron el homenaje desde dentro del templo y sus alrededores. También asistieron estrellas como Virgil van Dijk, Alexis MacAllister, Bernardo Silva y João Félix, mientras el portero Alisson Becker, ausente en el sepelio por complicaciones logísticas, se unió con solemnidad al acto. La pérdida de Diogo Jota y su hermano André Silva, víctimas de un accidente en la A-52 en España, ha causado un profundo impacto en la comunidad futbolística.
La ausencia inicial de Díaz provocó críticas en redes sociales y medios internacionales, que lo señalaron por atender compromisos comerciales en Colombia mientras se celebraban las exequias. Esto contrastó con el gesto memorable de Jota en 2023, cuando le dedicó un gol a Díaz durante el secuestro de su padre, demostrando un vínculo que trascendía la cancha. La presencia del guajiro en esta misa parece cerrar ese capítulo con una despedida sentida y sincera.
El acto culminó con la conducción de los féretros al cementerio contiguo, rodeado de aplausos y tributos por parte de los asistentes. Luis Díaz, entre los rostros dolidos, dejó una imagen que permanecerá en la memoria colectiva: la de un amigo que llegó a tiempo para decir adiós. Su redención, aunque tardía, quedó marcada por el dolor compartido en una despedida que honró a dos vidas que brillaron dentro y fuera del campo.