En medio de las ceremonias de grado de la Universidad de Córdoba, una historia se robó las lágrimas y los aplausos: la de Tania Marcela Ferrer Díaz, quien tras sobrevivir a un accidente que la dejó en coma durante cuatro meses, logró cumplir su sueño de graduarse como bacterióloga. Su testimonio, cargado de gratitud y fortaleza, se convirtió en símbolo de que no hay límites para la educación cuando hay fe, amor y disciplina.
Tania inició su carrera en 2017, pero en 2022, mientras hacía sus prácticas en Planeta Rica, sufrió un grave accidente de tránsito. Los médicos le diagnosticaron muerte cerebral, pero su madre, Andrea Díaz, nunca se rindió. Dos años después, Tania volvió a las aulas, enfrentó el dolor físico y emocional, y el pasado jueves recibió su título con voz entrecortada y el corazón lleno de esperanza.
“Yo dudé de mí, pero mi familia no. Esto no fue fácil, pero si yo pude, ustedes también pueden”, dijo Tania ante cientos de asistentes. Su historia fue reconocida por el rector Jairo Torres Oviedo como un ejemplo de temple y carácter, y como una lección viva de que las adversidades no son más fuertes que los sueños cuando se lucha con convicción.
Hoy, Tania no solo es bacterióloga: es símbolo de resiliencia, de que la educación no tiene barreras físicas ni temporales. Su historia quedará grabada en la memoria de la Universidad de Córdoba como prueba de que incluso desde el coma, se puede volver a la vida… y alcanzar la meta.