Nicole Kowalski-Kleinsasser, una mujer de 25 años, que vivía en Nevada, Estados Unidos, acudió al médico tras un fuerte dolor en los dientes y la mandíbula.
A pesar de los síntomas insoportables, los médicos atribuían el dolor de boca a un dolor sinusal. Con el tiempo, el dolor se volvió más persistente e insoportable, lo que llevó a los doctores a pensar que la paciente presentaba una distensión muscular. Al no ver mejora, optaron por realizar algunas radiografías dentales que revelaron una pérdida ósea en la zona de la mandíbula.
Lograron diagnosticar a la joven con un cáncer de glándula salival, el cual pudo ser extirpado y requirió de varias sesiones de radioterapia. La mujer tuvo que someterse a una intervención quirúrgica en la que perdió cuatro dientes, el paladar y parte de su cara.