Los mismos miembros del ejército transportaron a guerrilleros y les mandaron las cervezas.

Un nuevo escándalo sacude al Ejército Nacional: soldados habrían colaborado con las disidencias de las FARC en el transporte de guerrilleros desde Cauca hasta Arauca, y no solo los escoltaron, sino que terminaron compartiendo cervezas con ellos. Así lo reveló José Duván Hernández, uno de los milicianos que se sometió a la justicia en enero de 2025 y entregó su testimonio a la Fiscalía General de la Nación.

El operativo clandestino se habría realizado entre el 14 y el 19 de noviembre de 2024, en vehículos particulares cargados con explosivos, municiones y cinco milicianos recién entrenados. Según Hernández, los conductores de los carros eran soldados profesionales del batallón de Arauca, quienes no solo facilitaron el trayecto de 1.183 kilómetros, sino que al final del viaje “pagaron todo” en una ronda de cervezas compartida entre guerrilleros y militares.

La Fiscalía logró corroborar detalles clave del testimonio, como una llamada realizada por el miliciano a su madre desde el celular de uno de los soldados, lo que refuerza la veracidad de los hechos. El traslado habría sido coordinado por alias ‘Antonio Medina’, cabecilla de la subestructura 28 de las disidencias FARC, con apoyo logístico de alias ‘El gallero’ y ‘El ingeniero’, quienes también gestionaron el pago de viáticos por 10 millones de pesos.

Este episodio pone en evidencia una red de complicidad que va más allá del encubrimiento: muestra una relación de camaradería entre quienes deberían enfrentarse en el campo de batalla. Mientras se investiga el alcance de esta colaboración, el país se pregunta cómo se desdibujaron los límites entre la Fuerza Pública y los grupos armados ilegales.