Los hijos del expresidente Álvaro Uribe Vélez, Tomás y Jerónimo Uribe, han puesto en marcha una estrategia para lograr que su padre recupere la libertad en un plazo máximo de 60 días, tras ser condenado por fraude procesal y soborno en actuación penal. La defensa legal del exmandatario ya presentó formalmente una apelación ante el Tribunal Superior de Bogotá, con la intención de revocar la medida de prisión domiciliaria. Paralelamente, los hermanos Uribe han emprendido un activismo comunicacional y judicial para posicionar el caso como una persecución política orquestada por los aliados del petrismo y para denunciar a quienes consideran responsables de la situación judicial de su padre.
En una reunión virtual con dirigentes del Centro Democrático en el exterior, Tomás Uribe afirmó que «sin oposición no hay democracia y sin democracia no hay libertad», y subrayó la necesidad de combinar el activismo mediático con el judicial para lograr la libertad de Álvaro Uribe. Por su parte, Jerónimo Uribe destacó que la única forma de ganar las elecciones presidenciales de 2026 es con su padre libre, dada su capacidad para recorrer el país y liderar la campaña política. Ambos hijos conciben la recuperación de la libertad de Uribe como vital no sólo para su defensa personal sino también para influir en el futuro político nacional.
El plan contempla un fuerte trabajo en redes sociales para difundir que el juicio contra Uribe es un proceso político y no judicial, mientras que en el aspecto legal continuarán con recursos y denuncias contra los llamados «perpetradores», a quienes identifican como herederos de las Farc y sus aliados. Aunque el proceso irá a segunda instancia, los hermanos Uribe estiman que la lucha no terminará allí y probablemente llegará hasta la Corte Suprema de Justicia, reforzando así la esperanza de que Álvaro Uribe pueda quedar libre en menos de dos meses y encabezar la oposición rumbo a las elecciones de 2026.