La polémica estalló cuando el ministro del Interior, Armando Benedetti, anunció que denunciará a cinco alcaldes por “usurpación de funciones” y evalúa cargos por “abandono del cargo” tras su viaje a Washington. Los mandatarios de Medellín, Cali, Bogotá, Barranquilla y Cartagena emprendieron una gira internacional para evitar que Colombia pierda la certificación en la lucha contra las drogas, pero el Gobierno Nacional los acusa de invadir competencias exclusivas del presidente Petro en materia de seguridad y política exterior.
Según Benedetti, los alcaldes no se están reuniendo con actores relevantes en el proceso de certificación, sino que adelantan una “agenda política” que suplantaría las funciones constitucionales del Ejecutivo. “¿También lo podría hacer por abandono del cargo?”, escribió el ministro en su cuenta de X, dejando entrever que podrían enfrentar sanciones legales. Petro, por su parte, fue más tajante: “Para asuntos de política exterior colombiana, alcalde que suplante las funciones constitucionales del presidente, comete un delito”. La Embajada de Colombia en EE. UU. también rechazó el viaje, calificándolo como “lamentable” y desconectado de los esfuerzos diplomáticos oficiales.
Los alcaldes, liderados por Federico Gutiérrez y Alejandro Eder, respondieron con dureza. Gutiérrez acusó a Petro de actuar “como un dictador” y defendió el derecho de los mandatarios locales a gestionar recursos y cooperación internacional para sus ciudades. Aunque algunos como Carlos Fernando Galán y Dumek Turbay cancelaron su viaje a última hora, la tensión sigue escalando. ¿Qué se viene? Posibles investigaciones disciplinarias, una batalla jurídica por competencias y una narrativa de confrontación que podría marcar el tono de la campaña presidencial. ¿Tienen miedo en el Gobierno? Más bien parece que temen perder el control.