Las redes sociales estallaron esta semana al viralizarse la imagen de una joven fanática de Silvestre Dangond que decidió tatuarse el rostro del cantante vallenato en su espalda. Lo que parecía un homenaje cargado de admiración terminó convirtiéndose en burlas y comentarios mordaces, pues el resultado del tatuaje dista mucho del parecido con el artista. Usuarios en plataformas como Facebook y X no tardaron en comparar el diseño con personajes de películas de terror o caricaturas, generando un debate sobre los límites del fanatismo y la estética corporal.
La fotografía causo revuelo, algunos internautas defendieron el derecho de la joven a expresarse libremente, mientras otros cuestionaron la calidad del trabajo artístico y la decisión de marcar su piel con una imagen que, según ellos, “no se parece en nada” al intérprete de “Cásate Conmigo”. La identidad de la joven aún no ha sido revelada, pero su tatuaje ya forma parte del archivo viral de los llamados “fails” estéticos.
Este no es el primer caso de devoción extrema entre los seguidores de Dangond. En años anteriores, otros fanáticos han compartido tatuajes alusivos al cantante, algunos con resultados más acertados que incluso fueron premiados por el propio artista en concursos digitales. Sin embargo, el caso actual ha reabierto la conversación sobre cómo la fama y la necesidad de visibilidad en redes pueden llevar a decisiones impulsivas que terminan en controversia pública.