Los petristas dicen que los ataques de Vicky Dávila contra el presidente son para desviar la atención de la condena de Uribe

La filtración de presuntas conversaciones entre Nicolás Petro y su expareja Daysuris Vásquez, divulgadas por la periodista y precandidata presidencial Vicky Dávila, ha desatado una nueva tormenta política. En los chats se mencionan supuestos excesos del presidente Gustavo Petro durante su campaña en 2021 y 2022. Aunque el mandatario no se ha pronunciado oficialmente, figuras del petrismo han salido al paso, calificando la revelación como un intento de desviar la atención de la reciente condena contra el expresidente Álvaro Uribe.

La exministra Cielo Rusinque criticó duramente a Dávila, acusándola de abandonar la ética periodística y de emprender una cruzada de doble moral contra el jefe de Estado. A su juicio, los ataques no se centran en los resultados del gobierno, sino en alimentar una narrativa sin sustento. Por su parte, el congresista David Racero señaló que la filtración responde a una estrategia típica de sectores de derecha para desviar el foco mediático, justo cuando Uribe enfrenta una sentencia judicial.

Mientras algunos congresistas como Sandra Ramírez expresan dudas sobre la autenticidad de los chats, Daysuris Vásquez confirmó en su cuenta de X que las conversaciones son reales y que fueron entregadas a la Fiscalía desde el inicio del proceso. Nicolás Petro, en cambio, denunció un “vil montaje” y anunció acciones legales, alegando manipulación en las imágenes divulgadas.

Este episodio reaviva el debate sobre el uso político de información judicial, la ética en el ejercicio periodístico y el impacto de las filtraciones en la opinión pública. En medio de la polarización, el petrismo insiste en que el foco debe mantenerse en los avances del gobierno y no en lo que consideran “refritos” mediáticos.