Tras el atentado contra Alexandra Pineda, dirigente del Pacto Histórico en el departamento del Cesar, el exfuncionario y precandidato presidencial Alfredo Saade lanzó un pronunciamiento que encendió las alarmas políticas. En medio de su indignación, pidió “levantar a Colombia contra las mafias politiqueras corruptas” y propuso medidas radicales como cerrar el Congreso, convocar una constituyente, permitir la reelección inmediata del presidente Gustavo Petro y clausurar medios de comunicación que, según él, promueven la desinformación.
Las declaraciones, difundidas a través de sus redes sociales, generaron una ola de reacciones entre sectores políticos y ciudadanos. Saade, quien fue suspendido por la Procuraduría y ahora busca ser candidato presidencial por el Pacto Histórico, insiste en que el país necesita una transformación profunda liderada por el “poder popular”. Su propuesta de reelección presidencial, eliminada constitucionalmente en 2015, ha sido calificada por algunos como un intento de instaurar un modelo autoritario bajo el discurso de lucha contra la corrupción.
Este nuevo episodio se suma a la larga lista de polémicas protagonizadas por Saade, quien ha sido señalado por su cercanía con el presidente Petro y por sus constantes ataques a instituciones como la Procuraduría y los medios de comunicación. Mientras el país condena el atentado contra Pineda, el discurso de Saade abre un nuevo frente de debate sobre los límites del populismo, la institucionalidad democrática y el uso político de la indignación ciudadana.