¿Cansado de tu jefe, tus deudas y tu ex?, en este país puedes pagar para desaparecer y comenzar una nueva vida legalmente

En Japón, cada año miles de personas deciden borrarse del mapa sin dejar rastro. Se les conoce como johatsu, que literalmente significa “evaporados”, y no es una metáfora: abandonan sus casas, trabajos y familias para empezar una nueva vida en completo anonimato. ¿La razón? Desde deudas impagables hasta vergüenza social, presión laboral o relaciones abusivas. En una sociedad donde el fracaso se vive como una deshonra, desaparecer se convierte en una salida legal y silenciosa.

El proceso no es improvisado. Existen empresas especializadas llamadas yonige-ya o “mudanzas nocturnas”, que ayudan a los fugitivos a huir sin dejar huella. Por unos cuantos miles de dólares, empacan pertenencias, tramitan documentos y los trasladan en la madrugada a barrios donde no se exige identidad, como Sanya en Tokio o Kamagasaki en Osaka. Allí, muchos johatsu sobreviven con trabajos informales, algunos incluso bajo la protección de la Yakuza, lejos del radar de bancos, acreedores y familiares.

Este fenómeno, vigente desde los años 60, refleja una cara oculta de la cultura japonesa: la obsesión por el honor, el miedo al qué dirán y la falta de redes de apoyo. Para muchos, evaporarse es preferible a enfrentar el desprestigio. Aunque no hay cifras oficiales, se estima que cerca de 100.000 personas desaparecen cada año sin que se les considere criminales ni prófugos. En Japón, reinventarse en la sombra es posible… siempre que sepas cómo hacerlo y a quién pagarle para que te borre.