En Cúcuta, un gesto de humanidad protagonizado por la auxiliar de Policía Blanca Cote se volvió ejemplo de empatía y servicio más allá del uniforme. En medio de su jornada, la patrullera no solo cumplió con su deber de velar por la seguridad, sino que también se detuvo a tender la mano a un abuelo en condición de calle, compartiéndole alimento y compañía en un momento difícil.
El hecho ocurrido fue resaltado por la comunidad, que reconoció en este acto la importancia de la cercanía entre la institución y la ciudadanía. Blanca Cote, con un gesto sencillo pero cargado de simbolismo, recordó que el trabajo policial también se trata de escuchar, apoyar y demostrar respeto hacia los más vulnerables, especialmente en medio de la crisis social que atraviesan muchas familias.
Este episodio refleja la otra cara del servicio público; la que no se mide en estadísticas ni en números de operativos, sino en acciones humanas que fortalecen la confianza entre la gente y la Policía. Con ejemplos como este, queda claro que la seguridad también se construye desde la solidaridad y la sensibilidad hacia quienes más lo necesitan.