La periodista y precandidata presidencial Vicky Dávila desató polémica en redes sociales tras publicar un video en su cuenta de X en el que asegura que, si fuera venezolana, entregaría al “narcodictador Nicolás Maduro” y cobraría la recompensa ofrecida por Estados Unidos para repartirla entre los más necesitados. “Y nos libramos de ese narco. Ojalá lo entreguen de una vez por todas”, afirmó, en medio de una campaña internacional que ha llenado calles y redes con afiches que anuncian la millonaria recompensa por la captura del mandatario venezolano.
La declaración de Dávila coincide con el despliegue de carteles en ciudades como París, Berlín, Quito, Santiago y Buenos Aires, donde se han exhibido imágenes con el rostro de Maduro y el mensaje “Se busca. Recompensa: 50 millones de dólares”. La iniciativa, impulsada por colectivos opositores como ConVzla y Voluntad Popular Internacional, busca visibilizar las acusaciones de narcotráfico y vínculos con el Cartel de los Soles que pesan sobre el líder chavista, así como sobre Diosdado Cabello y Vladimir Padrino López, también incluidos en la lista de recompensas del Departamento de Estado de EE. UU..
En Colombia, una gigantesca valla fue instalada en la autopista internacional Simón Bolívar, en Villa del Rosario, Norte de Santander, pero fue desmontada horas después por un hombre no identificado. El gesto fue interpretado como un intento de silenciar la denuncia, aunque el mensaje ya había sido replicado en redes sociales y medios internacionales. La tensión en la frontera colombo-venezolana se intensifica, mientras EE. UU. mantiene buques militares en el Caribe y refuerza su presión diplomática contra el régimen de Maduro.
El mensaje de Dávila, cargado de simbolismo político y emocional, ha sido celebrado por sectores opositores y criticado por defensores del gobierno venezolano. Para muchos, representa el hartazgo regional frente a un régimen acusado de violaciones a los derechos humanos, corrupción y complicidad con grupos armados. “La recompensa no es solo económica, es moral”, escribió un usuario en respuesta al video. La pregunta que queda en el aire: ¿quién se atreverá a cobrarla?