A menos de un año de las elecciones presidenciales de 2026, el escenario político colombiano se agita con una creciente lista de precandidatos que buscan capitalizar el desgaste del Gobierno de Gustavo Petro. Figuras como Vicky Dávila, Germán Vargas Lleras, David Luna, María Fernanda Cabal y Sergio Fajardo encabezan un abanico diverso de aspirantes que, desde distintas orillas ideológicas, coinciden en un objetivo común: evitar la continuidad del petrismo en el poder.
La proliferación de candidaturas refleja tanto la fragmentación de la oposición como la urgencia de construir una alternativa sólida. Mientras sectores de centro y derecha exploran alianzas como la coalición “Ahora Colombia”, integrada por Fajardo, Galán y el partido MIRA, otros apuestan por candidaturas independientes, como la de Dávila, quien ha ganado visibilidad con un discurso crítico frente al Gobierno y promesas de austeridad y lucha contra la impunidad.
Sin embargo, el petrismo no da señales de debilidad. Con figuras como Gustavo Bolívar, María José Pizarro y Roy Barreras perfilándose como posibles sucesores, el Pacto Histórico se prepara para defender su proyecto político, apelando a su base popular y a los logros sociales de la administración actual. La polarización sigue siendo el eje del debate, y la narrativa de “cambio vs. continuidad” marcará la contienda.
El reto para los precandidatos opositores no solo será vencer al petrismo en las urnas, sino también superar sus propias divisiones. La falta de una candidatura única podría favorecer al oficialismo en una eventual segunda vuelta. En este contexto, la pregunta clave no es solo quién quiere derrotar a Petro, sino quién logrará aglutinar el respaldo suficiente para hacerlo.