¿Por qué será que Petro le hizo una solicitud a Trump para que no extradite a EE.UU. a «Papa Pitufo»?

Una nueva polémica sacude al gobierno de Gustavo Petro. Esta vez, por la sorpresiva solicitud que el mandatario le hizo a la administración de Donald Trump: que Estados Unidos se abstenga de solicitar la extradición de Carlos Mario Arrieta, alias ‘Papa Pitufo’, narcotraficante colombiano capturado recientemente en Portugal.

La petición, que ha despertado rechazo en amplios sectores políticos y judiciales, genera serias dudas sobre las verdaderas motivaciones del presidente. Papa Pitufo, según investigaciones nacionales e internacionales, sería una figura clave del narcotráfico en la Costa Caribe, con nexos estructurados con carteles europeos y operaciones de lavado en múltiples países.

Estados Unidos lo requiere por delitos de tráfico internacional de drogas, y tradicionalmente, ante capturas como esta, la Fiscalía colombiana ha facilitado la extradición. Pero Petro cambió el libreto y pidió que no se lo lleven, sino que lo manden a Colombia.

¿Qué busca realmente el presidente con esta jugada?

Quienes critican la decisión no tardaron en lanzar hipótesis: desde proteger a posibles aliados políticos implicados en las redes de Arrieta, hasta evitar que en tribunales extranjeros el narco declare sobre conexiones incómodas del poder local en el Caribe. Porque si Papa Pitufo habla, no lo haría ante fiscales colombianos… sino ante la DEA.

Además, la maniobra revive viejos temores sobre la ambigüedad del gobierno frente al narcotráfico. Mientras se promociona una “Paz Total”, se cuestionan decisiones que —según expertos en seguridad— parecen más pensadas para proteger a criminales que para desmontar redes.

Y no es solo el fondo. También está la forma. La solicitud fue elevada directamente a la administración Trump, sin mayor explicación pública ni consulta institucional. Un gesto diplomático que pone en tensión la ya debilitada relación con Estados Unidos en materia de cooperación judicial y lucha antidrogas.

“Es una burla a la justicia y una ofensa a la inteligencia del país”, declaró un senador opositor. “Un gobierno que se jacta de combatir el narcotráfico, pero pide que no se extradite a sus capos más peligrosos, no merece confianza”.

La extradición ha sido durante décadas una herramienta efectiva para desmontar estructuras mafiosas que operan en Colombia con impunidad. Negarse a ella, y peor aún, interceder para impedirla, abre un debate de fondo: ¿está Petro defendiendo la justicia… o protegiendo a alguien?