La elección de Carlos Camargo como nuevo magistrado de la Corte Constitucional sigue generando reacciones encendidas. Esta vez fue el congresista Miguel Polo Polo quien celebró el resultado como “una nueva victoria para el país”, asegurando que se respetó la Constitución y se blindó la Corte frente a lo que él llama “intentos de cooptación del gobierno Petro”.
El congresista aprovechó para recordarle al presidente la derrota de María Patricia Balanta, candidata respaldada por sectores del oficialismo, cuya exclusión desató acusaciones de racismo y discriminación. Desde el gobierno, se afirmó que Balanta tenía la mejor hoja de vida, pero que no fue elegida “por no ser blanca ni de ojos azules”. Petro, por su parte, negó conocerla previamente y acusó al Senado de actuar con métodos corruptos.
La elección de Camargo, exdefensor del Pueblo y abogado cordobés, fue respaldada por 62 senadores, mientras Balanta obtuvo 41 votos. Aunque su nombramiento fue criticado por sectores progresistas que lo acusan de clientelismo y falta de independencia, la oposición lo defiende como un jurista con trayectoria y compromiso constitucional. Polo Polo insistió en que “la Corte no puede ser tomada por ideologías” y que el país necesita jueces que respeten la ley, no que respondan a intereses políticos.
Este episodio ha profundizado la polarización entre el Ejecutivo y el Congreso, y ha puesto sobre la mesa tensiones raciales, ideológicas y jurídicas. Mientras la izquierda denuncia exclusión, la derecha celebra blindaje institucional. Lo cierto es que la Corte Constitucional, epicentro de las grandes reformas sociales, se convierte hoy en el nuevo campo de batalla política.