Durante un evento público, el presidente Gustavo Petro sorprendió con una afirmación cargada de espontaneidad y tono personal: aseguró que, al terminar su mandato, “saldrá corriendo a gritar de alegría como un niño cuando sale de la escuela”. La frase, que rápidamente se viralizó en redes sociales, generó reacciones diversas por su carácter inusual en un contexto institucional.
El mandatario hizo la declaración al referirse al cierre de su gestión presidencial, prevista para agosto de 2026. Con un lenguaje coloquial, Petro expresó que espera sentir un profundo alivio al dejar el cargo, lo que muchos interpretaron como una muestra de desgaste frente a las presiones del poder o una visión crítica del ejercicio presidencial.
Aunque no profundizó en las razones detrás de su comentario, la frase se suma a una serie de intervenciones recientes en las que el presidente ha adoptado un tono más emocional y directo. En distintos escenarios, ha hablado de la soledad del poder, las tensiones con sectores políticos y las dificultades para implementar su agenda de gobierno.
La declaración ha sido interpretada por algunos como una señal de agotamiento, mientras que otros la ven como una estrategia para humanizar su figura ante la opinión pública. Lo cierto es que, una vez más, Petro logra poner el foco en su estilo de liderazgo, que combina lo institucional con lo personal, lo político con lo emocional.