El abogado y empresario Abelardo De La Espriella volvió a sacudir el tablero político con una promesa que ha encendido el debate nacional: si llega a la Presidencia en 2026, no cobrará ni un solo peso de salario durante los cuatro años de gobierno. En entrevista con medios nacionales, el precandidato aseguró que financiará su campaña con recursos propios y que no tomará “ni un centavo del Estado”, en lo que él define como un acto de servicio patriótico, no de beneficio personal.
Además, De La Espriella se comprometió públicamente a no salir de Colombia durante todo su mandato, como símbolo de arraigo y responsabilidad. “No voy a prometer lo que no puedo cumplir. Por eso, me comprometo con el país a no salir de Colombia durante los próximos 4 años”, afirmó. La propuesta busca contrastar con los escándalos de viajes oficiales, viáticos excesivos y mandatarios ausentes que han marcado la política reciente.
Con un discurso cargado de épica y confrontación, el abogado se presenta como un outsider con éxito empresarial, que no necesita del erario para gobernar. Su narrativa apunta directo al hastío ciudadano frente a los políticos tradicionales, a quienes acusa de convertir el Estado en botín burocrático. “No he venido aquí a hacer plata, he venido a hacer patria”, repite como mantra en sus apariciones públicas.
Aunque sus promesas han sido celebradas por sectores que claman por austeridad y transparencia, otros cuestionan si detrás del gesto simbólico hay un verdadero plan de gobierno. En un país donde la desconfianza institucional es profunda, De La Espriella apuesta por una campaña sin favores, sin partidos y sin viajes, pero con una retórica que promete “castigar a los enemigos de Colombia desde el día uno