En medio de la creciente polarización política y a pocas semanas de las elecciones regionales, Thomas Uribe, hijo del expresidente Álvaro Uribe Vélez, lanzó una declaración que ha sacudido el tablero nacional. “Colombia tiene que arrasar con Petro y el gobierno narcosocialista para evitar que nos convirtamos en la siguiente Venezuela”, afirmó en un pronunciamiento que rápidamente se viralizó y encendió el debate público.
La crítica se dio en el contexto de una serie de cuestionamientos al modelo de gobierno de Gustavo Petro, al que Thomas Uribe acusa de seguir una agenda chavista. El término “narcosocialista” utilizado por el empresario generó reacciones encontradas: mientras sectores del Pacto Histórico lo calificaron de incendiario y peligroso, figuras de la oposición respaldaron sus palabras, señalando que reflejan el temor de muchos ciudadanos frente al rumbo económico y democrático del país.
Según Uribe, Colombia está en riesgo de caer en una espiral de autoritarismo y crisis institucional si no se frena el avance del petrismo. Su llamado a “arrasar” con el gobierno no solo apunta a una derrota electoral, sino a una movilización política que impida según él que el país repita el modelo venezolano. La frase, cargada de confrontación, ha sido interpretada como una estrategia para agitar las bases uribistas de cara a los comicios.
Lo que viene, según Thomas Uribe, es una batalla por el alma de Colombia. Mientras el oficialismo pide mesura y respeto democrático, la oposición se prepara para una campaña marcada por el miedo, la confrontación y la narrativa del “salvamento nacional”. El país, una vez más, se encuentra en el centro de una disputa ideológica que promete escalar en intensidad.