El exalcalde de Medellín, Daniel Quintero, madrugó a desmentir los rumores que rodean a su hermano Miguel, quien aparece en fotos y videos exhibiendo un reloj Rolex de hasta 200 millones de pesos y posando junto a un Ferrari avaluado en más de 1.500 millones. “El reloj es chiviado y el carro fue solo un vicio de montañero”, dijo Quintero. Pero las imágenes están en poder de la Fiscalía y fueron publicadas por El Colombiano, que además reveló otros bienes millonarios a nombre de Miguel, incluyendo fincas, apartamentos y vehículos de alta gama.
La polémica no se detiene en el lujo. Testigos ante la Fiscalía señalan que estos bienes habrían sido adquiridos durante la administración de Daniel Quintero, mediante presuntas “mordidas” a cambio de contratos públicos. Miguel, sin cargo oficial, habría tenido injerencia directa en entidades como Metroparques, el Inder y la EDU, operando como “el poder detrás del poder”. La pregunta que muchos se hacen es si parte de los fondos públicos de Medellín terminaron financiando esta vida de excesos.
En redes sociales, el caso ha desatado una ola de indignación. “Ahí sí sirvieron las lavadoras, dieron buenas lavadas”, comentan usuarios, en referencia irónica a las promesas incumplidas del exalcalde sobre entrega de electrodomésticos. El contraste entre la vida modesta que los hermanos Quintero relataron en su juventud y el patrimonio actual de Miguel ha encendido las alarmas sobre el origen de sus recursos.
Mientras la Fiscalía avanza en las investigaciones, el país se pregunta: ¿cómo un exconcejal sin trayectoria empresarial consolidó una fortuna que incluye relojes de lujo, carros de ensueño y propiedades de miles de millones? ¿Y por qué Daniel Quintero insiste en que todo es mentira, cuando las pruebas están sobre la mesa?.