El largo camino de corrupción del representante de Córdoba Wadith Manzur

En Colombia, hay políticos que repiten en cada escándalo de corrupción como si fueran parte del paisaje. Uno de ellos es Wadith Alberto Manzur Imbett, representante a la Cámara por el Partido Conservador, quien ha sido mencionado en múltiples casos de corrupción en este gobierno. Primero fue la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD); ahora aparece en la compulsa de copias de la Fiscalía a la Corte Suprema por presuntas irregularidades en contratos de Invías.

Pero la lista no se queda ahí. Manzur no solo ha estado rodeado de señalamientos, sino que ha ocupado puestos clave donde, en lugar de vigilar la transparencia, se ha visto envuelto en la maraña de favores políticos y contratación dudosa.

El escándalo de la UNGRD: Contratos direccionados y favores políticos

El nombre de Wadith Manzur salió a relucir en el escándalo de corrupción de la UNGRD, cuando los exfuncionarios Olmedo López y Sneyder Pinilla revelaron que desde esa entidad se direccionaron contratos para favorecer a congresistas que apoyaban al gobierno. Manzur, en su rol como presidente de la Comisión de Acusaciones, era una ficha clave en el Congreso, pues allí se investigaba al presidente Gustavo Petro por presuntas irregularidades en la financiación de su campaña.

Según las declaraciones de Pinilla, se entregaron dineros de la UNGRD a Manzur y otros políticos en un pacto para garantizar su lealtad en el Congreso. Esta denuncia generó un escándalo mayúsculo, pues evidenció cómo la chequera del Estado estaba siendo utilizada como herramienta de gobernabilidad.

Compulsa de copias por contratos en Invías

Ahora, el congresista cordobés vuelve a estar en el ojo del huracán. La Fiscalía General de la Nación compulsó copias a la Corte Suprema de Justicia para que investigue su presunta participación en irregularidades en contratos de Invías. Aunque aún no se han revelado todos los detalles, la Fiscalía ha encontrado indicios de que Manzur habría tenido injerencia en la adjudicación de contratos de infraestructura, lo que podría configurar un nuevo episodio de corrupción dentro del actual gobierno.

Este nuevo escándalo pone en evidencia un patrón: Manzur ha estado en todos los lugares donde ha habido corrupción y favorecimientos políticos, y hasta ahora, ha logrado salir ileso de las investigaciones.

Guardó silencio en la Corte Suprema

A finales de 2024, Manzur fue citado a indagatoria en la Corte Suprema de Justicia por el caso de la UNGRD. Sin embargo, lejos de aclarar su papel en los hechos, decidió acogerse al derecho de guardar silencio, una estrategia que muchos interpretan como un intento de evitar autoincriminarse.

Manzur, quien debería ser un garante de la transparencia en el Congreso, ha optado por la opacidad y el mutismo cuando se le pide que explique su relación con los escándalos de corrupción.

Las prebendas en el gobierno y su ascenso político

No es casualidad que Wadith Manzur haya ocupado la presidencia de la Comisión de Acusaciones, un puesto clave para el control político del presidente Petro. Desde allí, pudo maniobrar y jugar un doble papel: el de juez y parte.

Además, Manzur se ha beneficiado de un entramado de prebendas y favores dentro del gobierno, como la entrega de ferrocarriles nacionales, el ministerio del deporte, Comfacor, entre otras entidades, consolidando su poder en el Congreso y en las entidades donde han explotado los escándalos. Su presencia en la UNGRD y ahora en Invías demuestra que ha estado en el centro de las decisiones que han llevado a la crisis de corrupción del gobierno actual.

Un apellido con historia: “Ají no da tomate

Pero el caso de Wadith Manzur no es aislado. Su apellido tiene historia en la política y en la sombra de los paramilitares. Es hijo del exsenador Julio Manzur Abdala, quien fue investigado por la Corte Suprema de Justicia por sus presuntos nexos con grupos paramilitares en Córdoba.

Dicen en su tierra que “Ají no da tomate, no lo recoge del suelo”. Y es que Manzur proviene de una familia ligada al poder, los favores políticos y las alianzas con sectores oscuros. Ahora, con su nombre en la lista de implicados en la corrupción del gobierno de Petro, queda claro que sigue el mismo camino que su padre.

La pregunta es: ¿Cuántos escándalos más necesita la justicia para actuar?