La Consulta Popular de Gustavo Petro sigue en el aire, pero el Gobierno ya tiene un plan B en la mesa: si la Corte Constitucional tumba el decreto presidencial, se impulsará una Asamblea Nacional Constituyente. Así lo confirmó Luis Eduardo Montealegre, próximo ministro de Justicia, quien aclaró que no firmó el decreto porque aún no ha asumido el cargo, pero aseguró que lo habría hecho “con muchísimo gusto y plena convicción de su constitucionalidad”.
El jurista argumenta que hubo una violación al reglamento del Congreso al frenar la consulta y que, por ende, el presidente tiene facultades para decretarla. “El control es posterior a la consulta, no anterior”, enfatizó, dejando claro que, si el Congreso bloquea el proceso, el Gobierno tiene una alternativa más ambiciosa en camino: una Constituyente a partir de la iniciativa popular.
Petro ha insistido en que, de llegar a ese punto, se convocaría al pueblo para recolectar más de ocho millones de firmas, evitando así el trámite en el Congreso. Montealegre sostiene que este mecanismo tiene respaldo jurídico, basado en normas estatutarias de participación ciudadana. No obstante, fue enfático en que los tiempos no alcanzarían para una eventual reelección del mandatario. “Las elecciones van porque van, ni siquiera los violentos del país pueden detener ese ejercicio democrático”, afirmó.
El panorama aún está por definirse. Si la Corte Constitucional tumba el decreto, Petro y su equipo apostarán por la Constituyente. La pregunta es si el país está preparado para una reforma de tal magnitud o si este es un nuevo capítulo del pulseo entre el Ejecutivo y el Legislativo.