La denuncia penal presentada por el abogado Víctor Mosquera contra el presidente Gustavo Petro encendió la chispa política en el país. El recurso, radicado ante la Comisión de Acusaciones de la Cámara, acusa al mandatario de haber generado un “ambiente hostil, discriminatorio y de odio” contra el senador Miguel Uribe Turbay, quien permanece en estado crítico tras el atentado que sufrió en Bogotá. Según la defensa, al menos 43 trinos publicados por Petro habrían contribuido a crear un clima adverso que pudo incidir en el ataque.
El ministro del Interior, Armando Benedetti, no tardó en responder con contundencia. Calificó de “perversas” las insinuaciones que vinculan al Gobierno con el atentado y aseguró que el presidente “siempre ha respetado a la oposición”. Para Benedetti, la narrativa de la defensa no solo es infundada, sino que busca desviar la atención de los verdaderos responsables del crimen. “El presidente no ha dicho absolutamente nada contra Miguel Uribe”, afirmó.
Benedetti también sostuvo que el atentado ha perjudicado al propio Gobierno Nacional, debilitando su imagen y generando desconfianza. “Ahí están las encuestas”, dijo, sugiriendo que el impacto político ha sido negativo para la administración Petro. Incluso planteó la hipótesis de que el ataque podría haber sido orquestado para desestabilizar al Ejecutivo, en un contexto de alta polarización.
Mientras tanto, la denuncia sigue su curso en la Comisión de Acusaciones, donde se evaluará si los señalamientos del presidente en redes sociales constituyen hostigamiento ideológico. La defensa de Uribe insiste en que no se trata de una acusación directa por el atentado, sino por el ambiente que, según ellos, se incubó desde el discurso presidencial. El debate está servido y la tensión política no da tregua.