La exalcaldesa de Bogotá y hoy precandidata presidencial, Claudia López, oficializó su distanciamiento del presidente Gustavo Petro, a quien apoyó en la campaña de 2022. Durante la instalación de la última legislatura del Congreso, López respaldó el discurso de réplica de la representante Lina María Garrido (Cambio Radical), quien acusó al mandatario de traicionar sus promesas de inclusión y justicia social. “Contundente respuesta en 15 minutos de la representante Garrido a las dos horas y media de discurso del presidente Petro”, escribió López en X.
La exmandataria capitalina reconoció que, como millones de colombianos, votó por Petro con la esperanza de un cambio estructural. Sin embargo, tres años después, afirma que ese proyecto se desdibujó. “El partido más grande de Colombia es el de los decepcionados con el cambio que debió haber sido y no fue”, sentenció. López también criticó el retroceso en salud, seguridad y educación, y prometió gobernar con “honestidad, experiencia y resultados”.
Este giro político marca un punto de quiebre en la relación entre López y el petrismo, que alguna vez compartieron banderas progresistas. La precandidata ha insistido en que su campaña será independiente, sin alianzas con el uribismo ni con el actual Gobierno, al que acusa de desgobierno y falta de ejecución.
La ruptura no solo revela tensiones internas en el espectro de centroizquierda, sino que anticipa una contienda presidencial marcada por la desilusión y la reconfiguración de liderazgos. López, que alguna vez celebró la victoria de Petro como “el cambio imparable”, ahora se suma al bloque de quienes exigen rendición de cuentas por lo que consideran una oportunidad desperdiciada.