Un nuevo caso indignante se ha viralizado en redes sociales. Fidelia Vásquez Nuño, una adulta mayor de 96 años, fue obligada a presentarse en camilla a una sucursal del banco BBVA para poder cobrar su pensión.
A pesar de que el banco sabía el estado de salud en el que se encontraba la señora, exigieron su presencia para poder actualizar sus datos biométricos y así poder pagarle, ya que se le había suspendido el pago seis meses atrás debido a inconsistencias en el registro.
Uno de sus hijos, Gilberto Ayala, denunció el hecho de que el banco haya puesto miles de trabas administrativas y califica el proceso como un “calvario”, ya que cada intento de solucionar el problema terminaba en más requisitos y obstáculos.