La ausencia de Jaime Díaz Montes, ha desatado un nuevo escándalo en el fútbol profesional colombiano. Según el presidente del club, Nelson Soto Duque, Díaz Montes no fue inscrito para la Liga II 2024 debido a una pubalgia que lo habría mantenido fuera de las canchas por cuatro meses.
Esta versión fue aceptada por la prensa y los seguidores del club, quienes creyeron en la explicación oficial tras una breve recuperación del jugador.
Sin embargo, la verdad salió a la luz cuando Díaz Montes se sometió a una resonancia magnética particular que reveló que no sufría de pubalgia, contrariamente a lo que había afirmado el club y el cuerpo médico encabezado por Augusto Bermúdez.
El examen mostró que el diagnóstico previo, basado en síntomas sin una evaluación adecuada, era incorrecto. La resonancia, realizada la semana pasada, desmintió la supuesta lesión que había sido la causa de su exclusión de la plantilla.
Tras recibir los resultados, Díaz Montes notificó al cuerpo médico y recibió el alta inmediata. Desde entonces, ha continuado entrenando normalmente con el equipo, lo que ha generado confusión sobre la veracidad de la pubalgia mencionada.
La situación se complicó aún más cuando el club emitió un comunicado oficial el 10 de agosto, afirmando que Díaz Montes seguía en recuperación de una pubalgia, a pesar de que el jugador ya había sido visto realizando actividades competitivas en fotos y videos oficiales del club.
Este conflicto ha generado una atmósfera tensa en el club, con críticas hacia el manejo médico y comunicativo de la situación.
La controversia en torno a Jaime Díaz Montes no solo pone en tela de juicio la gestión médica del club, sino que también plantea preguntas sobre la transparencia y la comunicación dentro de Jaguares de Córdoba.
Mientras tanto, el jugador sigue entrenando con normalidad y espera una resolución sobre su situación contractual con el equipo.