Un reciente descubrimiento científico ha revelado que el sedentarismo puede tener consecuencias devastadoras para la salud a largo plazo.
De acuerdo con las investigaciones, permanecer sentado durante largos períodos, un hábito cada vez más común en la sociedad moderna, puede acelerar el proceso de envejecimiento y aumentar el riesgo de diversas enfermedades crónicas.
Para nadie es un secreto que la falta de movimiento o actividad física puede provocar una serie de efectos negativos en nuestro organismo. Entre ellos, se encuentra la pérdida de masa muscular y ósea, lo que aumenta el riesgo de fracturas y debilidad.
Además, también se asocia con un mayor riesgo de enfermedades del corazón, como la hipertensión arterial y la aterosclerosis. Asimismo, puede provocar un aumento de peso y un mayor riesgo de diabetes tipo 2.
Sin duda es importante mantener hábitos saludables y recurrir a prácticas que permitan incluir mayor movimiento en la rutina diaria, como el ejercicio o pausas activas durante largos períodos de trabajo.