El tema de los tatuajes y su relación con la religión ha sido motivo de debate durante años. Según la Biblia, específicamente en el libro de Levítico 19:28, se menciona una prohibición explícita: «No haréis sajaduras en vuestro cuerpo por un muerto, ni os haréis tatuajes; yo soy el SEÑOR».
Esta prohibición se interpreta como un mandato para mantener la santidad y pureza del cuerpo, evitando prácticas asociadas con cultos paganos de la época.
Otro versículo que se menciona en este debate es 1 Corintios 6:19-20, donde se afirma: «¿No saben ustedes que su cuerpo es templo del Espíritu Santo? Ustedes no son sus propios dueños, porque Dios los ha comprado. Por eso deben honrar a Dios en el cuerpo».
Hoy en día, las opiniones sobre los tatuajes varían entre diferentes denominaciones cristianas. Mientras algunos fieles creen que los tatuajes pueden ser aceptables siempre y cuando no promuevan la idolatría o valores contrarios a los principios cristianos, otros siguen estrictamente la prohibición bíblica y consideran los tatuajes inapropiados para un creyente.
Así las cosas, la interpretación y aceptación de los tatuajes dentro del cristianismo puede depender en gran medida de la denominación y las creencias personales de cada individuo.