El caso del fallecimiento de John Alexander Salas Obezo, joven de 22 años, estudiante de séptimo semestre de licenciatura en educación física de la Universidad San Buenaventura, en Cartagena, ha causado conmoción.
La familia de Salas Obezo, desconoce cómo adquirió el virus y tras una semana presentando cuadros de vómito y malestar general lo llevaron a un centro de salud en El Pozón, el pasado 28 de abril.
“Allá no le hicieron nada, luego fuimos a la Clínica Madre Bernarda, donde nos dijeron que no estaban atendiendo casos de coronavirus y por eso llegamos a la Clínica Crecer. Allí dijeron que los síntomas que él tenía ameritaban era una clínica de baja complejidad y lo devolvieron para la casa. Pero al día siguiente John Alexander amaneció con un fuerte dolor en el pecho, así que lo volvimos a llevar. Ese día fue hospitalizado”, le contó al diario El Universal Lauren Patricia Salas, hermana del fallecido.
Según la hermana de Jonh Alexander, la primera prueba de coronavirus le fue practicada el 29 de abril y resultó positiva. Ese mismo día le hicieron una placa de tórax que reveló estado crítico en sus pulmones.
El 30 de abril, el paciente fue trasladado a Gestión Salud en San Fernando, sin embargo, allí no fue recibido y tuvo que ingresar a la Clínica Estrios, donde los médicos no daban esperanzas de vida.
A la familia del joven se les practicaron pruebas de Covid-19 que resultaron negativas, sin embargo, vivían en angustia por el estado de salud de John Alexander, a quien después de más de 15 días le realizaron nuevamente 2 pruebas con siete días de diferencia y ambas indicaron que estaba libre de la enfermedad.
Pese a esto, Jonh seguía siendo tratado como un paciente con Covid-19, además el 20 de mayo, le autorizaron una traqueostomía, con la que tenía posibilidades de regresar a casa, pero el procedimiento nunca se realizó.
“Siempre nos dieron excusas diferentes, que el médico no tenía tiempo, que no tenían los implementos, que no habían cuadrado agenda… En fin. Nosotros después nos preocupamos porque él ya llevaba muchos días intubado y teníamos miedo de que eso le hiciera daño, así que fuimos el 27 de mayo a reclamar”.
La respuesta que entregó el intensivista fue que la operación no podía realizarse porque los tiempos de coagulación se habían prolongado.
Con el paso de los días, el joven se complicó y adquirió un germen en la tráquea porque no estaba respirando bien y también tuvo una grave infección en los riñones, que no tenía antes.
Solo hasta el 28 de mayo lo trasladaron a la UCI de los pacientes que no tenían coronavirus y cinco días después, falleció.
John Alexander Salas Obezo, murió el 2 de junio a las 5:30 de la mañana, y su caso fue reportado por el INS el día 4, como el paciente más joven fallecido por Covid-19 en Cartagena, pese a que los últimos resultados dieron negativos.
La explicación que entregó la clínica Estrios al diario El Universal frente a este caso, fue que “El paciente presentó complicaciones secundarias a la infección por SARS-COV-2 haciéndose diagnóstico de COVID-19 con identificación del virus, el cual a pesar de tener posteriormente dos pruebas negativas, el haber contraído la enfermedad en su momento, dejó secuelas pulmonares por el virus, las cuales están descritas en la literatura mundial y nacional, las que a su vez, imposibilitaron la realización de algunos procedimientos que requería el paciente. Y quien lamentablemente fallece a pesar de los esfuerzos realizados por el personal institucional”.
Agregaron además que “no es posible revelar más datos de la historia clínica habida cuenta que es un documento privado sometido a reserva que sólo puede ser revelado por orden judicial según la resolución 1995”.
Los familiares de Salas Obezo han manifestado que será difícil recuperarse de la partida de su ser querido y que aún quedan dudas frente a procedimientos de la clínica y al manejo que le dieron al joven como paciente.