Niña indígena de dos años murió por desnutrición

Niña indígena de dos años murió por desnutrición

Un lamentable hecho se presentó en la ciudad de Medellín donde una niña indígena de dos años murió por desnutrición.

Asi lo dio a conocer el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, quien informó que la menor había sido abandonada hace un mes por su madre, en el centro de salud de Frontino, en el occidente antioqueño.

Según el reporte, la menor de la comunidad indígena Embera Katia, ubicada en el corregimiento Murry, Antioquia fue atendida inicialmente por una brigada de salud en ese territorio el pasado 21 de enero, donde se evidenció que tenía una desnutrición crónica agudizada grave.

Es por eso, que inmediatamente fue trasladada al hospital de Frontino y luego al de Santa Fe de Antioquia, hasta que, por las complicaciones en su salud, llegó a Medellín el 24 de enero.

La entidad aseguró que, desde la primera atención médica, un equipo de Defensoría de Familia inició el acompañamiento y estaba a la espera de la recuperación nutricional de la niña para ser ubicada en un programa de Protección. Sin embargo, ante la gravedad de su estado nutricional, la niña falleció en el centro médico.

A raíz de este hecho, en el Concejo de Medellín se debatía el estado de la seguridad alimentaria en la ciudad, donde también los 21 corporados firmaron el Frente Parlamentario por la Seguridad Alimentaria.

Entre los datos revelados, está el de que en comunas como la 1, 2 y 3, hay niveles inseguridad alimentaria que afectan hasta el 60% y 70% de la población, es decir, hay múltiples obstáculos para acceder a alimentos de calidad de manera oportuna y en la cantidad necesaria.

Ignacio Martín Eresta, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, aseguró que en Medellín se debe asegurar el abastecimiento alimentario para las familias de escasos recursos.

Finalmente, en Colombia actualmente también se debe trabajar en evitar el desperdicio de alimentos, pues, según estudios recientes, hay una pérdida del 34% de lo que se produce a lo que llega a la mesa para el consumo.