La Presidencia de la República designará a un gobernador encargado para el departamento de Córdoba, tras la decisión de la Procuraduría General de la Nación de suspenderlo provisionalmente durante tres meses, en aras de garantizar que no interfiera en la investigación que adelantan por el denominado cartel de la hemofilia.
Desde ya empezaron a especularse varios nombres, teniendo en cuenta que inicialmente Presidencia designa a un funcionario y luego se escogerá otro de la terna que presente el partido de la U, el movimiento que avaló al arquitecto Edwin Besaile.
Se rumoró en Montería que una de esas fichas podría ser la abogada María Eugenia Aparicio, quien actualmente se desempeña como viceministra del Trabajo. Ella es del ‘corazón’ del partido Liberal en Córdoba, concretamente de la senadora Arlet Casado, quien tiene una alianza estratégica con la administración Besaile, a quien apoyó durante la campaña anterior.
Esa decisión aún no se ha tomado. Primero la Procuraduría debe notificar formalmente la decisión a Presidencia y luego esta, decide la designación del encargado.
Por otro lado, empezó la carrera por integrar la terna del partido de la U para hacer el encargo por el resto del tiempo que estará suspendido Besaile. Allí la situación es más compleja si se tiene en cuenta que la U en Córdoba está divida, pues hay una fracción que sería la de los Besaile y otra que sería la del exgobernador Alejandro Lyons, representada en la congresista Sara Piedrahita.
Con esta terna también empezaron las especulaciones. Hay quienes se atreven a asegurar que en la misma estaría Roberto Tirado, quien ha sido el alfil de Besaile durante su administración, hasta el punto que muchos lo consideran el gobernador en la sombra.
No hay situación difícil en el departamento que a Tirado no le haya tocado sortear. Cuando se presentan casos delicados, quien habla ante los medios de comunicación es su secretario de despacho, pues Besaile había mantenido hasta hace poco un perfil muy bajo.