“Erika Vargas, de 18 años de edad perteneciente a una comunidad indígena del Putumayo, viajó dese Mitú hasta la capital del país, luego de ser contactada por un hombre, José Walter Grisales, quien le ofreció un trabajo como empleada doméstica con un sueldo de 250 mil pesos.
Una vez en la capital de Colombia la joven indígena que se encontraba embarazada llegó a la casa quien sería su empleadora, la abogada Claudia Patricia Castiblanco Parra. allí empezó a vivir un verdadero infierno según lo relató en sus declaraciones a la Fiscalía.
Por el primer mes de trabajo la joven no recibió sueldo porque su patrona le dijo que debía saldar la cuenta de su traslado hasta Bogotá.
Según la Fiscalía la joven trabajaba desde las 6:00 de la mañana hasta las 7:00 de la noche, sin embargo, según anunció en la diligencia judicial tal horario no se cumplía debido a que en muchas ocasiones trabajaba hasta las 10:00 de la noche.
Tampoco le era permitido disfrutar de sus horarios de descanso los fines de semana, “Respecto a lo acordado de descanso la joven narra que no salía los fines de semana sino que permanecía en la vivienda, no tuvo oportunidad de conocer la ciudad porque la empleadora le expresaba que ella no vino a pasear. Tampoco podía salir con otras personas sino solamente con ella, quien era la dueña de la casa. La vivienda permanecía con llave cuando la empleadora salía y con sus familiares solamente se podía comunicar después de las 7:00 de la noche”, dijo la juez.
También se conoció que la abogada le cobró a la joven indígena un plato decorativo que accidentalmente quebró mientras realizaba el aseo de la casa, lo injusto es que según ella la pieza tenía un valor de 5 millones de pesos, es decir que debía trabajar 20 meses sin sueldo para poder pagar la pieza decorativa
La joven indígena logró comunicarse con su hermano y le explicó lo que estaba pasando este a su vez se puso en contacto con otra mujer indígena y dieron a viso a la autoridades. Mientras se realizaba el trámite para su regreso, estuvo durante una semana en casa de un conocido y posterior a ello regresó nuevamente.
Cuando la abogada se enteró que había sido denunciada la sacó a la calle sin un peso estando en embarazo, poniendo en riesgo la vida tanto de la madre como del bebé.
En tal sentido el Juzgado 16 Penal del Circuito de Bogotá condenó a 13 años y 2 meses de cárcel a “Erika Vargas por su responsabilidad en el delito de trata de personas, luego de presionar y obligar a una mujer indígena en condición de embarazo a realizar servicios domésticos en una casa de familia en la ciudad de Bogotá.
La delegada de la rama judicial ordenó que por medio del Centro de Servicios de Paloquemao se libre la orden de captura en contra de Castiblanco Parra, y de esa manera sea el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), el que determine a cuál centro de reclusión es enviada.
La juez determinó compulsar copias ante la Fiscalía General para que se investigue también la actuación de José Walter Grisales, quien fue el contacto con la mujer indígena