Katerine fue brutalmente golpeada por su expareja, y ahora vive su propio viacrucis

Katerine fue brutalmente golpeada por su expareja, y ahora vive su propio viacrucis

Durante el fin de semana nuevamente fue brutalmente golpeada por su expareja y padre de sus dos hijas, porque hace tres años decidió terminar la relación con él. Y según ella, han sido tres años de constante zozobra y malos tratos que de nada han servido porque Adolfo Manuel Burgos Garrido parece no importarle las leyes. Según la afectada, la justicia en este país es muy lenta. Ahora la mujer teme por su vida bajo las agresiones del hombre con quien vivió 12 de sus 30 años.

A sus quince años Katerine Argote Rosario salió de su natal Barranquilla con la ilusión de seguir estudiando y llegar a ser una gran profesional, su madre cambió de residencia y se vino a vivir a Ciénaga de Oro, donde tienen familiares, pero al llegar al pueblo decidió continuar sus estudios de bachillerato en la capital Montería, y fue allí donde la vida le cambió por completo. Convencida que había encontrado a tan temprana edad el amor de su vida dejó de estudiar y se fue a vivir con Adolfo Manuel Burgos Garrido, un hombre 22 años  mayor que ella.

Pero a Katerine en ese entonces no le importaba tal diferencia  de edad, porque como toda adolescente enamorada  acogía  la letra de la canción «Quererse no tiene horario, ni fecha en calendario cuando las ganas se juntan», y así como en la canción «Caballo Viejo» Adolfo se desbocó en atenciones y la convenció de vivir juntos, pero el idilio duró poco y comenzaron los malos tratos tanto físicos como verbales, esos que fueron calando y cambiando lo que la adolescente sentía. No obstante, con la experiencia y los años a favor Adolfo convencía a la su mujer y así en medio de maltratos constantes, convivieron 12 años de los cuales tuvieron dos hijas.

Relata la mujer que la niña mayor creció en un ambiente hostil, viendo maltratos y agresiones por parte de su papá,  hoy su hija mayor tiene 15 años  y la menor 8.

Escuche el testimonio de Katerine Argote

Pero fue hace tres años cuando Katerine decidió llenarse de valor y vencer el temor que le generaba la convivencia con su pareja y decidió terminar la relación. Pero para ella el remedio resultó ser peor que la enfermedad, porque su compañero continuó agrediéndola, esta vez  siguiéndola donde quiera ella alquila una residencia para vivir con su hija mayor, pues la menor está bajo tutoría de su padre. Cuenta que su hija mayor recibe tratamiento psicológico porque presenta traumas ante lo que le tocó vivir.

«Estoy viva de milagro porque donde él lleve un arma blanca o de fuego u otra cosa me mata, él tiene consigo a la niña menor pero el compromiso es que me la lleve los sábados  a la hora que yo salgo de mi trabajo me la lleva y ya, pero este sábado no la llevó a la salida de mi trabajo sino que se presentó tarde en la noche en mi casa con el pretexto de dejarme a la niña y apenas abrí la puerta me encendió a trompadas, estaba enloquecido, me afectó el ojo, el pómulo y una vez me golpeó se devolvió con la niña», comentó Katerine.

Ahora  siente temor por su vida, doce que le toca vivir un infierno porque su expareja no le permite tener ni siquiera amigas porque a ellas también las insulta, dice que es una persona que no está loco porque sabe lo que hace, pero que sí es un peligro por lo que a gritos pide celeridad en la justicia que según ella actúa cuando ocurren tragedias.

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