Tras conocerse el bochornoso acto de un hombre identificado como Wilker José Cortés Humanez, quien pretendía lanzarse del segundo piso de una casa ubicada en la calle 22 manzana A3 lote1 del barrio El Alivio de Montería, la mujer involucrada en el hecho manifestó que todo fue una farsa y que ella solamente sostuvo un noviazgo con él en el año 2005 y desde el 2008 no tiene ningún tipo de contacto con el señor Wilker quien es de origen venezolano.

Saray Begambre explicó: “yo fui novia de él en el año 2005, relación de la cual nació una niña en el año 2008, y a los dos meses de nacida la niña, este señor se fue para su país de origen, Venezuela, luego volvió cuando nació y desde entonces ha evadido su responsabilidad como padre, igual tampoco me hace falta, gracias a Dios trabajo”.
Según explica la mujer, Cortés Humanez solamente ha venido desde ese entonces, tres veces a Colombia a casa de sus familiares durando unos cuantos días en Montería, según cuenta la mujer, el año pasado vino con su pareja venezolana quien al ver todo lo que él estaba haciendo se regresó a su país,
Saray manifiesta que hace tres años tiene una relación con su esposo, con quien convive felizmente y tiene una hija de 6 meses.
“El día 29 de marzo de este año el señor Wilker entró al apartamento mío el cual estaba en poder de una casa arrendataria, y violentando las puertas ingresó, tuve que llamar a la Policía para que lo sacaran, yo le puse un vigilante a la casa quien renunció porque lo tenía amenazado, y se encontraba invadiendo mi casa sin mi consentimiento”, expresó la mujer.
Begambre manifestó que ya lo denunció, fue a la Fiscalía, a la Inspección de Policía, Procuraduría, Comisaría de Familia. Y actualmente Wilker José tiene orden de alejamiento, y Saray protección emitida por la Fiscalía.
Como se recordará, el hecho más reciente que aumentó la crisis de estas dos personas, fue el que sucedió la tarde de este miércoles cuando se subió al segundo piso del apartamento de Saray amenazando con que se iba a quitar la vida lanzándose desde loa más alto, porque no lo iban a sacar de “su casa”, ya que según él esa vivienda también es de su propiedad a pesar que nunca aportó dinero ni ha convivido con Saray.
Wilker no ha podido demostrar en las entidades antes descritas, ninguna prueba verídica de lo que afirma con sus palabras. En el fallo de desalojo, se pudo constatar, incluso, que los testigos que utilizó se contradijeron entre sí, lo que hizo que las autoridades constataran que todo al parecer era una farsa.