¿A los Colmenares les están cobrando su origen costeño?

¿A los Colmenares les están cobrando su origen costeño?

Roberth AnguloPor: Robert Angulo Santos

Luis Andrés Colmenares (q.e.p.d) fue un joven de descendencia guajira, formado en una familia decente villanuevera, enamorado de las lenguas extranjeras, excelente estudiante, de buen gusto para vestir, amante del vallenato, actitud propia de la estirpe de su raza, como estudiante de bachillerato, obtuvo grandes reconocimientos por su destacado rendimiento, simultáneamente estudiaba ingeniería industrial y economía, su sueño era convertirse en un gran profesional.

Infortunadamente el 31 de octubre de 2010 se apagaron esas ilusiones, no solo para el sino a toda su familia. El joven fue encontrado muerto dentro de un caño de un distrito en la fría Bogotá. Desde entonces se iniciaron las investigaciones por las autoridades judiciales, tres personas de familias prestantes de la capital colombiana, fueron procesadas por este crimen, pero hoy, 6 años después de aquel fatídico y lamentable hecho, no existe un solo responsable por el asesinato del joven costeño. Carlos Cárdenas el principal sospechoso fue absuelto en el 2014 y las dos últimas personas acusadas Jessy Quintero, Laura Moreno, fueron absueltas recientemente por un juez de Bogotá por falta de pruebas.

Parece ser que la decisión tomada en este caso, para la prensa capitalina, es de poca monta, me imagino que la “insignificante” relevancia del caso, fue porque el muerto lo puso la costa. Y lo digo porque ellos muchas veces han dejado a un lado su rol de periodistas y actúan como verdaderos jueces, en especial cuando los involucrados de forma activa en las investigaciones son personas de la región caribe terminan condenándolos públicamente sin existir si quiera una indagación preliminar, hoy no les ha causado indignación alguna que 6 años después no haya un solo culpable por este vil asesinato.

No soy quién para controvertir la decisión del juez, quien desde Paloquemao en un estrado judicial absuelve a los acusados, pues no conozco las piezas procesales para emitir un concepto serio y razonable de acuerdo al legajo procesal, pero sí me causa repugnancia e indignación que hoy la noticia de los medios nacionales, no sea por la falta de justicia al no encontrar responsables por la muerte del joven, sino porque el padre de Luis Colmenares haya dicho “he traicionado mi idiosincrasia por llevar de manera civilizada este caso ante la justicia. Si esto hubiera sucedido en Villanueva, al día siguiente se habría resuelto», expresión de un padre adolorido, propia de la tierra donde nació y se crió, pero los poderosos medios de manera sensacionalista, miserable y servil, le han dado otro matiz catalogándola como una amenaza para los involucrados.

“Quien no conoce su historia está condenado a repetirla”, decía Napoleón Bonaparte. Del contador Luis Alfonso Colmenares, sabemos que es un hombre serio y decente, ex funcionario del gobierno, un docente que recorre el país dictando cátedras universitarias, que conoce la idiosincrasia de su tierra, pero que por conocerla decidió actuar de forma distinta y civilizada, para evitar un derramamiento de sangre, por eso escogió el camino de la justicia, esa misma que hoy desde Bogotá lo defrauda, ante la fragilidad y debilidad a la hora del castigo.

Luis Alfonso Colmenares al hablar de su idiosincrasia se refería a las leyes que rigen en la Guajira, en donde las deudas se pagan con dinero, bienes o sangre, en el peor de los casos. Según el antropólogo Weildler Guerra, para el wayúu la ley es un mecanismo de regulación que se ha mantenido por tradición y ha resultado efectiva. Señala que “los indígenas reconocen que la mejor forma de conseguir la paz es el pago, pues si no es así, existe la posibilidad de que la familia afectada pueda cobrar con sangre la ofensa”. Si hay muertos o derramamiento de sangre esto debe pagarse con ganados o dinero, de lo contrario habrá muertos y derramamiento de sangre entre las familias involucradas.

La historia de la ley del talión en la Guajira no es nueva, es de vieja data, así se ha actuado siempre e incluso aún sigue operando esa forma de resolver los problemas, que muchos casos son resueltas por los palabrero, así que medios bogotanos dejen de satanizar y seguir estigmatizando a nuestra región, como mafiosa, corrupta y asesina, lo dicho por aquel padre adolorido e impotente, no es más que una expresión real propia de su raza.

Me pregunto. ¿Qué tal que el muerto fuera de una familia prestante de Bogotá y los 3 implicados fueran de Maicao o cualquier Región de la Costa. ¿Qué pasaría? ¿La justicia habría actuado de la misma forma? ¿La prensa rola actuaría igual?

El profesor Colmenares ha manifestado que seguirá actuando por el camino civilizado, es el órgano impartidor de justicia quien debe aplicar todo el rigor de la ley a los responsables, por tanto solo deben someterse al imperio de la misma, no actuando bajo presiones o por nombres, apellidos u orígenes de quien se investiga.

3 comentarios sobre «¿A los Colmenares les están cobrando su origen costeño?»

  1. por comentarios tan sesgados y carentes de argumentos, es que setermina hablando mal de los periodistas sean o no costeños. Si usted investigara un poco se daria cuenta que evidentemente fue un accidente. No cree muy raro que dos muchachas casi adolescentes, no cambien su declaracion ni se quiebren nunca?
    es una lastima demuerte de ese muchacho. pero no hay pruebas de que fuera homicidio ya que hasta la saciedad se demostro que el doctor MAXIMO DUQUE se equivoco flagrantemente.
    mis respetos

    1. Un saludo clemencia.
      Lamentable,lo de luis,pero uno no se puede llevar por delante en su dolor mas familias.
      Este señor en su afan de encontrar respuestas a un absurdo accidente se llwvo 6 años de tranquilidad de varias familias,la ley es ley y esta demostrado que fue un accidente.

    2. Cuando analizamos el caso a la luz de derecho penal, encontramos que las pruebas se debían obtener con un protocolo de procedimiento, lo que se llama Actos urgentes, que aquí no se aplicaron, las cámaras del sector fueron manipuladas para borrar pruebas, y estas maniobras fueron dirigidas audazmente por la defensa de los encartados. El Inter criminis (el recorrido que hace el criminal antes de ejecutar el delito) las señalaba a ellas, la justicia mal administrada cerró el caso con una sentencia favorable. La justicia en Colombia es como las telarañas, enreda al débil, el fuerte las rompe. Ojalá no le toque perder un hijo en iguales circunstancias y le se encuentre con la misma red de operadores de justicia que usted hoy defiende.

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