Por Jorge Agudelo Jimenez.
Twitter, Facebook, Google+, YouTube, Snapchat, Instagram, Swarm, o cualquier red social que esté naciendo en este preciso instante cambiaron la forma en que la sociedad se conectó entre unidades, es decir, nosotros nos conectamos entre sí. Y aún más profundo, nos comunicamos.
En los primeros 6 años de existencia de las redes sociales –el boom del social media iniciado en el 2004 con Facebook- todos los debates se centraban en cómo aplicar estas poderosas y útiles herramientas en las personas, empresas, marcas y entidades.
Sin embargo desde el 2010 se comenzaron a presentar grandes escándalos que involucraban la privacidad de los usuarios:
- 2007 – Google Street View comienza a funcionar y las personas demandan a la empresa por el uso de su rostro en la aplicación.
- 2011 – Se conoció que los teléfonos de Apple hacía un seguimiento geográfico durante lapsos de tiempo.
- 2011 – 77 millones de cuentas fueron “hackeadas” en Playstation Network con información de tarjetas de crédito.
- 2015 – AT&T ayudó a servicios de inteligencia norteamericanos para sus programas de vigilancia gracias a Edward Snowden. Etc
Entonces, el debate se centró, equivocadamente en ¿si debemos utilizar las redes sociales o la tecnología? De forma arbitraria siempre se exterioriza la culpa y se asume a otros, pero poco se hace reflexión sobre lo que hacemos nosotros mismos.
Mal uso de las redes y su privacidad
Hemos sido nosotros mismos los que sobredimensionamos las redes sociales y les damos uso indebido. La firma de big data Sinnetic afirmó en Enter.co que estos portales afectan la productividad laboral.
Otro ejemplo de cómo nos sacamos la culpa del mal uso de las redes sociales; Andrew Noyes, vocero de Facebook dijo al portal Unocero en 2014 que: “Facebook no es propietarios de tus fotos. Lo que decimos, de acuerdo a nuestros términos -que los usuarios han aceptado- es que Facebook tiene el derecho de usar, distribuir y compartir las cosas que ustedes ponen en la red social, sujeto a los términos y la definición particular de privacidad de cada usuario”. Hasta Facebook sabe que no leemos los términos y condiciones.
Así que sí, es nuestra culpa porque no leemos, y la privacidad no puede resumirse a una página, es como resumir nuestra historia en una fotografía.
Sugerencias para ser más responsables con nuestra privacidad
Después del contexto, entrego el elemento esencial del artículo:
- Contraseñas seguras. Sí, ese es un viejo dicho de los ingenieros de sistemas, pero es la realidad. Una contraseña segura tendrá una mayúscula, un símbolo, un número y minúsculas. Ejemplo: Agudelo-2015. ¡Sencillo!
- No cree cuentas en cuanta red social salga. Muchas están naciendo y sus códigos no son seguros, algunas se crean para captar “leads”… tenga paciencia, deje que madure la red.
- Dedíquese a leer las cuentas y secciones de privacidad de cada red social. Son largas, pero le abrirá la mente sobre lo que realmente le está permitiendo hacer con SU información a una empresa.
- Haga el tour completo por la zona de privacidad. Facebook, Goolgle, Twitter, entre otras cuentan con opciones de privacidad que son personalizables a su gusto. Depende de usted qué ven y qué comparte.
- Para computadores y teléfonos. Instale un buen antivirus y anti-spyware. Ojalá reconocido y con licencia legal.
- Tenga siempre un mismo dispositivo desde dónde acceda a sus redes sociales. No abra sus cuentas sociales en cualquier dispositivo, y no olvide cerrarlas siempre.
- Evite utilizar la opción recordar contraseña. Si pone en práctica la 1 y la 2, usted no tendrá problemas con acordarse de la contraseña, porque no tendrá muchas cuentas.
- Consulte páginas como google.com o el Registro de Actividad en Facebook.
- Controle el uso de sus redes sociales y tenga cuidado qué visita en conexiones de “Wi-Fi gratis”.
Por último, en esta sociedad en la que las redes sociales son el sistema de comunicación y conexión favorito, sea responsable tecnológicamente hablando; (10) no culpe a la red social, la persona responsable de qué comparte en redes sociales, es usted.