La ‘prueba reina’ que entregó el exsenador Otto Bula a la Fiscalía, para obtener una rebaja de penas y para salvar del lío a un pariente cercano, podría generar nuevos líos al senador Bernardo Ñoño Elías, a Musa Besaile, a otros congresistas y empresarios.
Esa prueba está contenida en un segundo teléfono celular con el que Bula grabó conversaciones, tomó fotos de cheques y archivó decenas de chats con todas las personas que participaron en la repartición de los sobornos de la multinacional Odebrecht.
Cada uno de los contratos que la cuestionada firma hizo con Bula estaban guardados en la memoria del dispositivo y se convierte en una prueba valiosa para el órgano investigador.
Las 16 gigas de dato fueron suficientes para que la Fiscalía estableciera que esos sobornos habían ascendido a la suma de 84 mil millones de pesos para la adjudicación de la Ruta del Sol II en el 2009 y por el otrosí de la vía Ocaña- Gamarra.
También estableció que por ese negocio Odebrecht pagó no solo pagó los 4,6 millones de dólares de Bula, sino 34.653 millones de pesos con contratos fantasmas.
El mismo fiscal general de la Nación, Néstor Humberto Martínez, dijo que los teléfonos de Otto Bula fueron incautados por miembros del Cuerpo Técnico de Investigaciones, CTI, al momento de su captura en un restaurante de Bogotá, el pasado 14 de enero.
En los equipos móviles hay 2.500 contactos telefónicos, conversaciones en WhatsApp y Telegram con congresistas, conversaciones con funcionarios de la Agencia Nacional de Infraestructura , ANI, y con directivos de Odebrecht.
Insistió el funcionario que esas conversaciones permiten inferir que como posibles beneficiarios de las coimas figuran los senadores Bernardo Elías, Musa Besaile, Plinio Olano Becerra y Antonio Guerra de la Espriella, además del representante a la Cámara Ciro Rodríguez, quienes serán investigados por la Corte Suprema de Justicia luego que la Fiscalía enviara copia del proceso.