Cerro Porteño de Paraguay y Junior de Barranquilla protagonizaron un duelo de ida por los octavos de final de la Copa Sudamericana bastante emocionante en el que las figuras de cada conjunto fueron los guardametas pues al final fue un empate sin goles.
El partido que se jugó en el estadio General Pablo Rojas estuvo colmado de ataques y mucha técnica, aunque los atacantes no tuvieron fortuna al momento de definir por lo que los puntos se repartieron equitativamente en suelo guaraní.
Los primeros 45 minutos fue de ida y vuelta, los locales tuvieron oportunidades excepcionales de abrir el marcador pero se encontraron con un Sebastián Viera que volvió a ser figura cuidando los tres palos del equipo barranquillero. Por su parte, Yimmi Chará y Roberto Ovelar hicieron una importante sociedad con la que crearon peligro, precisamente el paraguayo fue quien hizo presencia en la mayoría de ataques.
Sin embargo, aunque hubo varias oportunidades el partido se fue igualado sin goles al entretiempo. Como dato adicional, el juez central no sancionó un penal claro que el guardameta local, Anthony Silva, cometió ante uno de los jugadores rojiblancos.
Ya en la segunda mitad, los paraguayos aumentaron su ataque con tres delanteros y se fueron encima de un Junior que aguantó el vendaval. Con el pasar de los minutos los guaraníes perdieron la pelota, con menores volantes su posesión bajó y los tiburones se fueron en alza, se hicieron dueños de las acciones y por poco dejan en silencio a ‘la Nueva Olla’, donde se jugó el partido.
Aunque el espectáculo prometía más por el nivel de juego exhibido, al final el juego finalizó con un empate a cero goles, ninguno se hizo daño y la afición se fue con la imagen en sus mentes de un duelo bastante luchado.
Al final el Junior de Barranquilla sumó un punto en calidad de visitante en el partido de ida de octavos de final y en la próxima semana definirá la llave en el estadio Metropolitano de la capital atlanticense, donde se espera que el tiquete a cuartos de final sea conseguido por los dirigidos por Julio Comesaña.