Ya nuestras madres nos lo decían cuando éramos pequeños, el boxeo es peligroso, darse golpes no es lo mejor, y precisamente fue el mundo del boxeo, las artes marciales y el deporte en general el que se estremeció tras la muerte de Tim Hague.
El exluchador de la UFC sufrió graves lesiones el pasado viernes cuando cayó noqueado en un cuadrilátero a manos del exjugador de futbol americano, Adam Braidwood.
Hague quedó en estado crítico y falleció dos días después tras sufrir una hemorragia cerebral, la cual se dio luego de que recibiera una seguidilla de golpes que le hicieron perder el conocimiento y caer de espalda a la lona del ring, durante la pelea que se desarrollaba en Alberta, Canadá.
La noticia de su muerte fue comunicada por su hermana, Jackie Neil, quien mediante un comunicado dijo: “Con el corazón roto, con un pesar y tristeza increíble, informamos que Tim ha fallecido rodeado de su familia y escuchando sus canciones favoritas. Lo extrañaremos enormemente”.
Tim Hague, de 34 años, había dejado las artes marciales mixtas en julio del 2016 tras conseguir 21 victorias, 15 por nocaut, en 34 peleas y desde ese momento incursionó en el boxeo, donde sumó un triunfo en cuatro combates.
Sin embargo, el luchador canadiense ya había tenido antecedentes, pues en el año 2011 tuvo que abandonar la UFC por traumatismos craneoencefálicos.
Por su parte, el exjugador de futbol americano fue duramente criticado en redes sociales, pero luego de conocer la mala noticia, publicó un video en el que envió condolencias a la familia de Hague, lamentando lo sucedido.