50 ataúdes cubiertos con una bandera blanca con el escudo verde del club Chapecoense, fueron recibidos en el aeropuerto Serafín Enoss Bertaso de Chapecó, en el sur de Brasil.
Un pasillo de recibimiento en honor a las víctimas del fatal accidente en el que murieron 71 personas, entre ellas gran parte los futbolistas del equipo carioca, fue el homenaje que la Fuerza Aérea Brasileña ofreció a la llegada de los féretros.
Cada ataúd fue trasladado por seis militares mientras los familiares desolados esperaban la llegada de los cuerpos.
Ya en el estadio Arena Condá, cientos de personas despidieron a sus ídolos bajo la inclemente lluvia que llenó de sentimentalismo a un escenario que fue testigo de tantos momentos felices de un modesto club que llegó a la primera división de la liga brasileña en 2014.
Chapecó jamás esperó que la alegría de esta ciudad de 200 mil habitantes en el estado de Santa Catarina, estuviese viviendo días tan oscuros dando el último adiós a los ángeles brasileros.
A la ceremonia asisten, entre otros, el presidente de Brasil, Michel Temer, -quien decidió acudir en el último momento-, el presidente de la Federación Internacional de Fútbol (FIFA), Gianni Infantino, los exfutbolistas Luis Figo y Carles Puyol y el jugador del Real Madrid Lucas Silva.
Los brasileños fallecidos son 19 jugadores del Chapecoense, 25 dirigentes, personal técnico e invitados del club y una veintena de periodistas que cubrirían el partido de ida de la final de la Copa Sudamericana.