Vicepresidente se disculpó con escolta al que le pegó en Ciénaga de Oro

Vicepresidente se disculpó con escolta al que le pegó en Ciénaga de Oro

El vicepresidente de la República, Germán Vargas Lleras, se disculpó con el escolta Ariel Ahumada al que le dio un cocotazo en el municipio de Ciénaga de Oro, Córdoba, luego que este lo pisara sin culpa.

“Quiero aprovechar el evento de hoy para presentar públicas disculpas, como ya lo había hecho en privado, por un  evento que tuvo lugar hace dos días en Ciénaga de Oro y que no debió haber ocurrido. El Intendente Ariel Ahumada ha sido un escolta ejemplar que lleva trabajando conmigo seis años”, manifestó el vicepresidente Vargas Lleras ante cientos de ciudadanos presentes en un evento en Bogotá.

Igualmente añadió: “Reconozco que la tarea siempre es vigilar y cuidar de mi seguridad. Buscar un justo equilibrio entre la seguridad y el respeto por la ciudadanía no es incompatible, por eso insisto a mi esquema de seguridad, y a todos en general, ser respetuosos con la comunidad”, concluyó Vargas Lleras, mientras estrechaba la mano del intendente Ahumada quien, también públicamente, aceptó las disculpas presentadas.

El video, grabado por un aficionado en ese municipio cordobés, se volvió viral y desató múltiples críticas a Vargas, especialmente porque tiene aspiraciones a la Presidencia de la República.

La otra protagonista

En ese capítulo en Ciénaga de Oro hubo otra protagonista: Isabel Pinedo, la campesina que se acercaba a saludar a Vargas cuando el escolta trató de impedirlo y lo pisó.

Ella tiene 60 años de edad y reside en ese municipio. Señala que su única intención fue entregar una carta al Vicepresidente para que le ayudara a mejorar su casa porque tiene una hija con problemas de salud y no puede estar en piso de tierra.

«A mí también alcanzó a darme con la sombrilla», dice, mientras muestra el pecho con una pequeña herida que le produjo con el mismo paraguas con el que agredió al escolta.

«Yo de corroncha salí a abrazarlo. Yo nunca había hecho eso porque uno no está acostumbrado a estar abrazando a la gente importante», dijo la mujer quien anda con la carta que jamás le pudo entregar.

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