Una reflexión sobre la intolerancia en nuestra región  

Una reflexión sobre la intolerancia en nuestra región  

Por: Luis Miguel Pérez Cerezo

¿Y qué pasó con la habilidad o voluntad de tolerar?

En Colombia hace falta tolerancia, esa virtud que respeta los puntos de vista de otras personas, que lleva a la no discriminación y a ser humilde sin creerse más que nadie, respetando las percepciones de las otras personas. A continuación una reflexión sobre esta conducta en nuestra región Caribe y una propuesta para mitigarla.

La intolerancia en el país también se vive en la Costa Caribe, muchos son los casos de violencia por este fenómeno que se han registrado en los medios de comunicación costeños. Intolerancia entre hinchas de fútbol, intolerancia entre partidos políticos, intolerancia entre comunidad y autoridades, intolerancia entre la misma ciudadanía.

En el trascurso del 2017 en Córdoba se han conocido videos que evidencian esta conducta como el de la joven pegándole una cachetada a una policía, o el de dos mujeres violentándose en la terminal de trasportes de Cereté y uno de los más recientes de dos mototaxistas agarrados a puño a las afueras de una universidad de la ciudad de Montería.

En esta época la intolerancia ha sido evidenciada notablemente gracias la tecnología moderna que permite grabar en cualquier lugar con calidad e inmediatez para subir a las redes. En internet se pueden encontrar miles de videos que como protagonista tienen esta conducta en todo el país, no sólo aquí en Córdoba.

No se puede negar que también hay instituciones como la Policía que realizan campañas contra la intolerancia e invitan a los ciudadanos a solucionar sus conflictos de convivencia mediante las oficinas de Mediación Policial, ubicadas en las casas de justicia  municipales y estaciones de Policía. Las administraciones locales también realizan en sus municipios campañas que buscan  mitigar conductas intolerantes y enseñarles a las personas que los conflictos y problemáticas se pueden solucionar por medio de un sano diálogo.

A pesar de los esfuerzos de las autoridades e instituciones públicas  se siguen evidenciado  altos índices de intolerancia debido  a que la trasformación social se tiene que dar desde la individualidad para volverse colectiva. Aunque no todos los casos terminen en violencia no significa que hubo tolerancia debido a que no se terminó a los golpes. En concepto todo comportamiento, forma de expresión o actitud que viola o denigra los derechos del prójimo, o invita a violarlos o negarlos, es intolerancia.

Según esto, ¿Cree usted que ha sido intolerante así fuese en una pequeña medida?

Acabemos con la intolerancia desde lo más pequeño y  en nuestro espacio

Comencemos por trasformar nuestra región y en este caso nuestra Montería. Reiterativamente se ha dicho que esta conducta esta en todo el país, no sólo en el Caribe. Pero no podemos pensar que tienen que cambiar las otras regiones o el país entero, y menos tener un pensamiento macro de creer que se va a realizar  una mega acción que cambie radicalmente a las personas y se deje de ver intolerancia; hay que comenzar por las acciones pequeñas y lo micro momentos.

La corrupción, la violencia y la intolerancia son problemáticas colombianas que no se pueden acabar sin trabajarlas desde la raíz, desde la cultura y las conductas individuales y colectivas. Si los ciudadanos desde la individualidad de su rutina diaria y sus acciones son agresivos, intolerantes o corruptos así sea en una pequeña medida, no se puede esperar que estas problemáticas no se manifiesten en una proporción macro a nivel del país.

La invitación de este escrito es sencilla, acabemos con la intolerancia desde las acciones y reacciones más pequeñas que cada persona vive a diario desde el lugar donde vive,  así poco a poco se crearán fenómenos como el efecto bola de nieve y la reacción en cadena, que harán crecer este movimiento de pequeñas acciones que se multiplicarán y generarán trasformación social  desde la propia cultura.

Creemos espacios para el intercambio de palabras de forma racional para arreglar un conflicto, para el debate  respetuoso, para las conclusiones trabajadas con objetividad. En la inmediatez de hoy en día las personas prefieren reaccionar con una conducta intolerante que hablar de forma respetuosa y manifestar argumentos sólidos que construyan cultura y no por el contrario la denigren.

¿Acaso la tolerancia no es una virtud?, volvámosla poco a poco uno de los valores que identifiquen nuestra cultura.

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