Un año bisiesto 2016 decepcionante

Un año bisiesto 2016 decepcionante

Victorino Gasparín.

Victorino Gasparin

“Navidad que vuelve tradición del año unos van alegres otros van llorando” Epitafio lapidario de una canción que refleja lo ocurrido este año 2016, pensé que al llegar esta fecha tendría todo el optimismo para escribir, pero la realidad es otra; 365 días de angustia, preocupación que comenzó con la esperanza de los nuevos Gobernadores y alcaldes, que día a día se fueron convirtiendo en desilusiones.

Todo un año de retroceso, Proceso de Paz, Venta de Isagen, un Galeón San José que no se sabe dónde está, iconos de la música y la política fallecidos, un avión con 71 almas fallecidas en el accidente aéreo esperanzadas en hacer historia, una reforma tributaria para tapar el hueco fiscal del derroche presidencial que busco más el Nobel de paz que una paz estable y duradera.

Este 2016 dejo un país polarizado, intranquilo, el sentir del pueblo es unísono, el colombiano de a pie que sufre, aquel trabajador hoy sobrevive, la economía está estancada, los indicies del gobierno y del DANE maquillados para no crear pánico, una Colombia desigual llena de odio pero indiferente; los valores y el respeto se perdieron, aquí vale la ley del más fuerte, el más vivo y en eso tienen un magister los congresistas, como dirían los sabios, le tienen la medida al pueblo, saben del hambre que se padece, de la burocracia del Estado que ponen a su servicio, con puestos contratos, es decir, el pueblo está secuestrado.

Las FARC consiguió su objetivo, se jubilaron con honores, arrogantes vencedores hoy gozan de mejor posición que un ingeniero, médico o empresario, ellos resultaron ganadores. Perdedor el pueblo que pagará más impuestos con un salario mínimo que año tras año resulta ser más mentiroso, 235 dólares mensuales, increíble pero cierto, de esto vive el 70% de la población colombiana; Juan Manuel Santos resultó ser un vulgar mentiroso, tirano que emula la inquisición inglesa, sabe que en el poder se puede hacer lo que quiera, vendió el país a la comunidad internacional que lo coronó como Nobel de Paz. Las Vías 4G  de la venta de Isagen no existen. El pueblo debe empezar a exigir un cambio en el sistema político y electoral, de no ser así, nada cambiará.  En el 2018 se necesita vencer en las urnas a esos congresistas que aprobaron a pupitrazo limpio la impunidad y la Reforma Tributaria; la corrupción se enquisto en la sociedad y se volvió costumbre, urge un presidente que genere concensos, con cocotazos, coscorrones u sombrillazos no se gobierna  en un Estado, con mermelada o cupos indicativos se genera desigualdad, mientras unos viven en palacios  el pueblo vive en chozas. La oposición desprestigiada hace daño al país, las redes sociales se han convertido en un juez lapidario con pruebas a base de chismes e informaciones falsas, el periodismo capitalino es un estamento desestabilizador al que nadie cree, mientras más le hacen eco a una noticia el pueblo piensa lo contrario y se venga, como lo ocurrido con el resultado del plebiscito. Un Consejo de Estado que trató de ignorante al pueblo que ganó en las urnas con el No al plebiscito, una justicia vendida al mejor postor, un sistema de salud al servicio de la corrupción. Ginna Parody resultó ser más pilla que pila y un presidente que terminó tan impopular como el mismo Guasón. El pitufo Uribe vestido de gargamel  está lejos de ser el salvador de la patria, su corazón grande se tornó negro y se niega a jubilarse.

Podría hacer una tesis de las desgracias del país y no terminar nunca, en el ámbito local tenemos la esperanza que todo cambie, el fastidio de la excesiva publicidad de las actividades diarias genera desconfianza, no creas todo lo que te dicen o ves y duda de aquel que dice hacer todo bien; Montería en materia de seguridad se rajó este año, la movilidad es un caos y perdió el examen, la zona rural está abandonada, en ese aspecto tendrá que mejorar nuestro Alcalde. El Gobernador pasó raspando,  inaugurando obras de su antecesor, aun no se ve su gestión y tendrá que demostrarla, la paz política jamás existió y hoy empieza a quebrarse. Nació un emperador de la salud departamental que ordena más que el primer mandatario de Córdoba. Pareja genera más disparidad que consenso. De falsos profesionales debido al amiguismo con que Edwin Besaile maneja su gobierno le pasaron factura, Besaile tendrá que demostrar que es un buen administrador y no un anfitrión de fiestas, rescatar el elefante blanco de la clínica materno infantil, y otros proyectos que nacieron muertos y tendrá que revivirlos.

Les deseo un Feliz año 2017, a apretarse el cinturón, los economistas y expertos auguran un nuevo año difícil.

Mi ÑAPA: Don Elber Chagui, esta vez usted se equivocó, y Cereté necesita un gerente dinámico gestionador y comprometido y la sombra que aparca de sus sobrinos e hijo le pasaran factura.

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